miércoles, 29 de agosto de 2012

De la estupidez del funcionario


No tengo claro si el funcionario nace o se hace. Sé que es un estatus laboral al cual se accede después de haber pasado unas oposiciones en justa competencia y concurrencia. Sé que es un estatus laboral al cual accedí ya hace algunos años. Sé que es algo que, supuestamente y sin a día de hoy tenerlo nada claro, permite un trabajo “mal pagado” (comparativamente con la empresa privada -aunque hoy en día se cobren en la misma sueldos “de mierda”-) a perpetuidad. Algo en lo cual uno si quiere puede jubilarse. Algo que le va a servir para traer pan caliente a su casa con independencia de las inclemencias mercantiles que se produzcan a su alrededor.
Hay algo que no entiendo. Que conforme pasa el tiempo me genera más desazón. La cantidad de funcionarios estúpidos que se reproducen como setas. De aquellos que optan por entidades sanitarias concertadas en lugar de escoger la Seguridad Social. De aquellos que optan por conciertos para escolarizar a sus hijos. De aquellos que huyen masivamente de los servicios públicos en los que ellos desempeñan su labor para acudir a servicios concertados (pagados por el Estado pero de gestión privada).
¿Es legal hacerlo? Claro que sí. La libertad de elección es algo contra lo que no se puede argumentar. ¿Es ético hacerlo? Cuestionable. ¿Cómo vas a defender algo en lo que no crees y ejercer tu profesionalidad en dicha faceta? Pero dejémonos de moralinas varias y vayamos a un tema en el que quizás muchos de esos funcionarios no piensan. ¿Realmente no tienen pensamientos egoístas hacia la mano que les da de comer? ¿Realmente es necesario morder esa mano con sus actuaciones? ¿Realmente no ven las consecuencias de esas decisiones hipócritas que están tomando?
Voy a hablar en clave egoísta. Haciendo algunas preguntas en voz alta para aquellos de entendederas limitadas. Para aquellos que piensan que esas decisiones no les van a traer consecuencias. Para aquellos que piensan que llevar a sus hijos a esos maravillosos centros concertados (hay algunos docentes de la pública que incluso los llevan a esos que separan niños y niñas), que usar la sanidad concertada u otros servicios igualmente subvencionados no va a tener ninguna afección sobre su trabajo. Que usar unas camisetas con diferentes eslóganes, defender el nepotismo en la selección de los trabajadores (comisiones de servicio a dedo) y decir con la boquilla para que alguien que no les conozca lo bonito y maravilloso que es lo público les va a impedir ser castigados por esa estupidez que cometen. Eso sí, después haciendo para ellos y sus familias lo contrario. Vender eso en lo que no creen.
En Valencia capital ya son más del 50% los alumnos que irán a centros concertados este año. En la mayoría de Comunidades se sigue la misma tónica. El número de alumnos que se escolarizan en la pública no para de trasvasarse hacia centros concertados. No nos podemos quejar. Lo estamos incentivando nosotros. A propósito, lo anterior implica reducción de personal en la pública. Sobran docentes. Primero sobran interinos. Los funcionarios también acabarán sobrando. Hay casi un millón y medio de funcionarios que han optado por la sanidad privada como comentaba anteriormente. Es mucha gente. Son muchos servicios que pueden desaparecer. Cuando hayan desaparecido y sólo exista sanidad privada que ninguno de esos funcionarios se queje. Que no se quejen de que no pueden pagar su asistencia sanitaria o la educación de sus hijos. Que no se quejen por haber perdido su trabajo al sobrar los funcionarios. Que no se quejen cuando, a corto plazo, su centro de trabajo reduzca plantilla y les obligue a desplazarse a cientos de quilómetros de sus domicilios.
No me esperaba tamaño despropósito de la mayoría de mis compañeros. Interinos a la cola del paro con sus hijos en la concertada. Lo más surrealista hecho realidad. Hipocresía que cuando estén a la cola del paro, llorando desconsoladamente por haber perdido un trabajo que consideraban a perpetuidad, va a amargarles muchas cosas. Algo que, tarde o temprano, gracias en parte a esos funcionarios estúpidos, va a suceder.
Estúpidos funcionarios.
Publicado en XarxaTIC

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