domingo, 16 de diciembre de 2012

La LOMCE expulsará riadas de niños de los institutos para obtener cuanto antes mano de obra barata a gusto de las empresas.


Los centros escolares cada vez tendrán menos que decir en las evaluaciones de los alumnos. Además de las dos reválidas externas que los estudiantes deberán superar al final de cada etapa (en 6° de Primaria y en 4° de la ESO), tendrán una sola oportunidad de repetir curso en Secundaria.

La LOE contemplaba que los alumnos podían repetir, como máximo, dos de los cuatro cursos de Secundaria. Ahora, con la reforma que prepara el Gobierno, sólo tendrán una oportunidad de repetir.

El sociólogo de la Educación Mariano Fernández Enguita considera que "esta forma de limitar las repeticiones no tiene la función de evitarlas sino la de legitimar la derivación temprana a la Formación Profesional". "Es como decir: tiene usted una segunda oportunidad y sólo una, si no la aprovecha es que no vale para esto", explica.

El Ministerio de Educación está negociando con las comunidades autónomas qué hacer con los alumnos que suspendan un curso por segunda vez, explica un portavoz.

Con la nueva ley de Ordenación y Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), un estudiante sólo conseguirá el título de la ESO cuando apruebe la reválida. Aunque tenga toda la Secundaria aprobada, sin el 5 como nota de la prueba externa no obtendrá el certificado ni podrá acceder al Bachillerato o a la Formación Profesional.

Fernández Enguita denuncia que este sistema es un "proyecto segregador" porque "adelanta lo más posible las salidas del tronco común".

¿Qué sucede entonces con los alumnos que superen la ESO pero no la reválida? El Ministerio responde que no podrán permanecer en el instituto, a pesar de que tengan 15 años. Estos estudiantes no repetirán 4° porque lo tienen aprobado, pero deberán prepararse en casa la convocatoria de reválida del año siguiente.

Fernández Enguita considera que para evitar la repetición hay que detectar antes las dificultades. "Cuando el acceso a un edificio entraña cierta altura, se ponen, además de escaleras, ascensores y rampas. Es decir, más maneras de llegar al mismo sitio, y no se limita uno a decir a quienes tienen menos fuerzas que vuelvan a intentarlo. Tratándose de la enseñanza común, la cuestión es esa: encontrar vías cuantitativa o cualitaticamente distintas para llegar al mismo objetivo", concluye el sociólogo.


Publicado por Publico.es

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